
Cold porno
La ensayista continúa con sus lecturas de literatura argentina contemporánea. En este caso comenta la última novela de Matilde Sánchez, publicada por la editorial Alfaguara. Una larga carta que para la narradora parece querer servir, una vez publicada, como advertencia psicológica o guía mundana para otras mujeres: una carta a futuras víctimas de un maníaco sexual. Y la primera advertencia a esas víctimas es que la manía sexual es contagiosa. Según la autora de este ensayo, tal como ocurre con el Marqués de Sade, la pornografía tiene siempre una dimensión moral.
Por Beatriz Sarlo
Matilde Sánchez. Periodista y escritora, entre sus libros se cuentan La ingratitud (su primera novela),
En las primeras líneas de Los daños materiales, Matilde Sánchez niega que se trate de una novela, aunque pocos renglones después admite que quizá lo sea: “una novela de amor negro y suspenso legal, un thriller psicológico –un documental dirigido” por un psicoanalista. Pero las primeras palabras con las que define su obra son: “Esto es una carta”. El lector todavía no está en condiciones de verificar o contradecir a la autora. Terminada la lectura, cierra el libro con la seguridad de que ha leído una novela que tiene algo de carta. No necesita saber si lo que le han narrado sucedió en alguna realidad exterior cuyo conocimiento es inútil y sólo daría satisfacción a la curiosidad biográfica. Y, además, todo lo que le han narrado responde a los géneros que, alternativamente, se negaron y se afirmaron en el comienzo.