jueves, 22 de abril de 2021

Sandor Marai


Fidel Sclavo

Sandor Marai en La extraña, escribió: Ahora le pareció que no había tenido ni idea de lo que era la soledad, había vivido en medio de un gran tumulto desde el momento de nacer. Aquello era por fin la soledad: lo que lo rodeaba allí, aquel crepúsculo incoloro y agonizante, aquel silencio denso y oleoso, y allá abajo el mar, cuya inmensa superficie reflejaba el vacío del cielo; y él, al fin, podía agarrarse a aquella costa como un náufrago al arrecife. Estaba rodeado de pinos y en medio del claro se alzaba una roca, un trozo de piedra cuadrada, como un altar pagano; el sendero que llevaba hasta allí estaba recubierto por una espesa capa de pinocha. «Por fin solo», pensó, y se desperezó.

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