jueves, 10 de mayo de 2018

Las cartas de Saul Bellow





El blog Papeles perdidos compartealgunas de las cartas que Saul Bellow escribió a escritores como William Faulkner, Philip Roth, John Cheever, Cynthia Ozick, entre otros. Ediciones Alfabia reunió y publicó las más de 300 cartas inéditas en español.

Son más los que mueren de envidia. Cuatro cartas de Saul Bellow.   Rafael Pérez Gay




De entre lo mejor de la temporada editorial destaca el regreso a las librerías, y al español, de Saul Bellow. Arrinconado en el desván de viejas ediciones de los años setenta y ochenta, Bellow era inconseguible. Random House Mondadori ha reeditado en su colección Debolsillo buena parte de sus novelas y sus cuentos. Las traducciones al español repiten, por desgracia, los mismos hispanismos insufribles con que algunos lectores nos torturamos en los remotos años ochenta; a cambio, tenemos de nuevo a Bellow en ediciones asequibles. Peor es nada.
Al mismo tiempo, ediciones Alfabia ha publicado las Cartas de Bellow, un grueso volumen que ocupa más de 40 años de correspondencia con su familia, sus editores, sus amigos y sus amigos literarios. Entresaco de esta edición cuatro cartas y una recomendación, muestras de la prosa de Bellow y de algunos momentos de su vida.

Herman Melville, Cartas a Hawthorne 




Nataniel Hawthorne y Herman Melville se conocieron el 5 de agosto de 1850 durante una excursión a Monument Mountain, en Berkshire. Una tormenta veraniega los dejó atrapados durante dos horas bajo un parapeto. Hawthorne tenía cuarenta y seis años y Melville treinta y uno. Ambos se habían leído y se profesaban mutua admiración. De ese encuentro surgiría una intensa amistad que, sin embargo, duró poco menos de dos años. Sus casas estaban a escasos nueve kilómetros. Se visitaban continuamente, hablaban de literatura, de lo divino y lo humano, hasta altas horas de la noche. Era una época en que las novelas eran consideradas como algo pernicioso e inmoral por la América protestante. Era la época, también, en que la literatura estadounidense cobraría carta de identidad de la mano de Washington Irving y Poe, de Emerson y Thoreau, de Whitman y Dickinson.

Perro contra la muerte bajo la luna . ÁNGELES MASTRETTA





Estaba yo perdida en el abismo de una certidumbre, cuando el perro vino a exigirme que le abriera la puerta. Quería salir a la terraza en pos de algo que se le escapó de aquí dentro. En cuanto abrí, saltó. Lo vi correr tras una lagartija y atraparla, morderla, aventarla al cielo, verla caer.