En España, un equipo médico celebra el cierre de un hospital de campaña.
El hospital que estaba lleno ahora está vacío.
Las luces se apagan como en un teatro; y los últimos enfermeros se marchan.
Recibo un mensaje de Brasil:
"Ayer, en el viaje de regreso, sentí por primera vez la extrañeza del momento.
Sólo nos cruzamos con camiones repartidores y ambulancias.
Muchas ambulancias."
Ambulancias: velocidad pura y ansiedad transportada de un lado a otro.
Vehículos repartidores o de socorro. Paso entre la casa y el hospital.
"China no va a aprender nada del coronavirus", dice el artista disidente Ai Weiwei.
Ritmos distintos en cada trozo del mundo.
En Brasil, que sólo salga de casa quien tenga prisa o esté ansioso.
El transporte de la ansiedad de un lado a otro. Como si la ansiedad pesara; y sí, pesa.
Pero Río de Janeiro, hace unos días. Barrio de la Urca, imágenes: cervezas en grupo, parejitas y risas.
Puede la alegría verse interrumpida en algunos sitios, pero reaparece en otros.
Quizá existe un mínimo de alegría necesaria en cada país para que éste no se descomponga en trozos.
Una energía mínima de la alegría.
Ver desde arriba. Como si fueran placas: cada país con sus movimientos.
Día de calor. Noche de insomnios.
Hay que ocupar la noche con un martillo mental que no haga ruido; para hallar, incluso en casa, un camino nuevo.
Incluso con insomnios, en cada encrucijada: tomar el camino nuevo.
En Europa, periódicos llenos de instrucciones para el recomienzo.
Instrucciones para ponerse el cubrebocas. Seis pasos.
Cómo hacer un cubrebocas de tela.
Corta dos rectángulos de tela y después otros 5 pasos con 5 dibujos.
Hemos vuelto a los dibujos.
Un dicho hebreo:
Si la suerte te sonríe, ¿por qué corres? Si no te sonríe, ¿por qué corres?
Mañana en la mañana, muy en la mañana: no correr.
Jardín de Morya:
"Acercaos vosotros que esperáis la alegría".
En Europa, algunos empiezan a acercarse.
Pero no te acerques con miedo a la alegría, eso es casi un nuevo pecado. El 11º o el 12º o el 13º.
Para eso, no obstante, tienes que seguir las instrucciones. Cinco pasos más cinco dibujos, etc.
Imagino un telegrama terrible, antiguo y contemporáneo:
Esperamos instrucciones del Estado para acercarnos a la alegría.
El hospital que estaba lleno ahora está vacío.
Las luces se apagan como en un teatro; y los últimos enfermeros se marchan.
Recibo un mensaje de Brasil:
"Ayer, en el viaje de regreso, sentí por primera vez la extrañeza del momento.
Sólo nos cruzamos con camiones repartidores y ambulancias.
Muchas ambulancias."
Ambulancias: velocidad pura y ansiedad transportada de un lado a otro.
Vehículos repartidores o de socorro. Paso entre la casa y el hospital.
"China no va a aprender nada del coronavirus", dice el artista disidente Ai Weiwei.
Ritmos distintos en cada trozo del mundo.
En Brasil, que sólo salga de casa quien tenga prisa o esté ansioso.
El transporte de la ansiedad de un lado a otro. Como si la ansiedad pesara; y sí, pesa.
Pero Río de Janeiro, hace unos días. Barrio de la Urca, imágenes: cervezas en grupo, parejitas y risas.
Puede la alegría verse interrumpida en algunos sitios, pero reaparece en otros.
Quizá existe un mínimo de alegría necesaria en cada país para que éste no se descomponga en trozos.
Una energía mínima de la alegría.
Ver desde arriba. Como si fueran placas: cada país con sus movimientos.
Día de calor. Noche de insomnios.
Hay que ocupar la noche con un martillo mental que no haga ruido; para hallar, incluso en casa, un camino nuevo.
Incluso con insomnios, en cada encrucijada: tomar el camino nuevo.
En Europa, periódicos llenos de instrucciones para el recomienzo.
Instrucciones para ponerse el cubrebocas. Seis pasos.
Cómo hacer un cubrebocas de tela.
Corta dos rectángulos de tela y después otros 5 pasos con 5 dibujos.
Hemos vuelto a los dibujos.
Un dicho hebreo:
Si la suerte te sonríe, ¿por qué corres? Si no te sonríe, ¿por qué corres?
Mañana en la mañana, muy en la mañana: no correr.
Jardín de Morya:
"Acercaos vosotros que esperáis la alegría".
En Europa, algunos empiezan a acercarse.
Pero no te acerques con miedo a la alegría, eso es casi un nuevo pecado. El 11º o el 12º o el 13º.
Para eso, no obstante, tienes que seguir las instrucciones. Cinco pasos más cinco dibujos, etc.
Imagino un telegrama terrible, antiguo y contemporáneo:
Esperamos instrucciones del Estado para acercarnos a la alegría.
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