El instinto fascista viene de una necesidad paranoica de acomodo del espacio y de las cosas.
Ante el aumento de la confusión y del desorden, ese instinto adquiere ansias y excitación.
La India, ayer: vagones de tren convertidos en hospitales improvisados.
Es necesario detener el movimiento. De la máquina hecha para cambiar de lugar, hacer hospitalidad y camas fijas.
El arzobispo de Valencia criticó las vacunas que se están "desarrollando con células de fetos abortados".
"Es obra del diablo", dijo.
Goethe y su Fausto.
La ciencia, otra vez, como aquello que viene con los zapatos pesados del diablo.
O con los leves zapatos de quien salva.
"Llevadme de nuevo a casa. ¿Para qué ha de viajar un jardinero?", Goethe.
La frase que todos oímos en nuestras cabezas durante las primeras semanas de la pandemia. ¿Para qué ha de viajar un jardinero?
Nos volvimos todos jardineros, aunque de ningún jardín.
Llevadme de nuevo a casa, llevadme de nuevo al mundo.
Este constante dudar entre el jardín y el aeropuerto.
Un jardinero que ve aviones desde su ventana.
Y, a manera de viaje, le basta hacer viajar sus ojos por la ventana.
La India, otros tiempos: el intocable sólo podía circular fuera de su barrio "agitando matracas, con el fin de que los hombres de casta tuvieran tiempo de apartarse".
De él y del "viento que lo había rodeado momentos antes".
Señalar su propia presencia con instrumentos y ruido.
La importancia del viento en estos días en que Europa está cautelosa, pero con la cabeza al aire libre.
Semanas en las que, en cada rincón del mundo, la normalidad sufre estremecimientos, o por lo menos modificaciones sucesivas.
Instrucciones semanales para seres humanos.
Instrucciones para seres humanos semanales.
El mito de algunas tribus: los vientos que venían de lejos entraban en la inhalación y los vientos que iban hacia lo lejos estaban hechos del aire humano que salía de la exhalación.
Inhalas el aire que viene del otro lado del mundo.
Viento y respiración, el mismo material. Circulación entre la tierra y los pulmones.
En Perú, la cuarentena "es controlada a chicotazos por brigadas de campesinos".
Son las "rondas campesinas", elegidas por el pueblo.
Una mujer del grupo del místico Osho. Documental.
Dice que al ponerse en cierta posición de meditación podía atinarle a cualquier blanco con una bala.
Todo es una cuestión de respiración, dijo. Yoga y puntería.
Aprender gestos serenos para atinarle a la cabeza de otro sujeto con una bala.
"Yo me temo que lo peor está por venir: en la salud y en la economía. Sin embargo, también hay alegría". Grecia.
Sobre el muchacho que murió ayer ahogado cerca de Atenas. Dice mi amiga: era un estudiante de la Escuela de Danza.
Imaginar los terribles movimientos de un bailarín que se ahoga.
Los bailarines no deberían ahogarse.
Una tremenda falta de delicadeza del agua para con alguien que domina el suelo con piruetas y saltos.
Kierkegaard y el "dios que exige demasiado".
Tenemos que ser hábiles sobre la tierra, hábiles en el aire, hábiles bajo el agua y hábiles ante el fuego.
Un dios que les exige demasiado a los humanos.
En Atenas y en el resto del mundo.
"El presidente de los Estados Unidos fijó para el sábado un mitin en Tulsa, en un sitio con aforo de 20 mil personas".
Memoria, documento e instinto: este diario.
Registrar en directo tiempos híbridos.
Parte final, estoy exhausto. Decidí terminarlo el día 20, noventa días.
Este sábado.
En el diario de Pavese: aquél que no ha aprendido, sucumbe.
Y yo digo: aquél que sucumbe, no puede seguir aprendiendo.
Necesitamos otra vida, claro. Y la tendremos.
Ante el aumento de la confusión y del desorden, ese instinto adquiere ansias y excitación.
La India, ayer: vagones de tren convertidos en hospitales improvisados.
Es necesario detener el movimiento. De la máquina hecha para cambiar de lugar, hacer hospitalidad y camas fijas.
El arzobispo de Valencia criticó las vacunas que se están "desarrollando con células de fetos abortados".
"Es obra del diablo", dijo.
Goethe y su Fausto.
La ciencia, otra vez, como aquello que viene con los zapatos pesados del diablo.
O con los leves zapatos de quien salva.
"Llevadme de nuevo a casa. ¿Para qué ha de viajar un jardinero?", Goethe.
La frase que todos oímos en nuestras cabezas durante las primeras semanas de la pandemia. ¿Para qué ha de viajar un jardinero?
Nos volvimos todos jardineros, aunque de ningún jardín.
Llevadme de nuevo a casa, llevadme de nuevo al mundo.
Este constante dudar entre el jardín y el aeropuerto.
Un jardinero que ve aviones desde su ventana.
Y, a manera de viaje, le basta hacer viajar sus ojos por la ventana.
La India, otros tiempos: el intocable sólo podía circular fuera de su barrio "agitando matracas, con el fin de que los hombres de casta tuvieran tiempo de apartarse".
De él y del "viento que lo había rodeado momentos antes".
Señalar su propia presencia con instrumentos y ruido.
La importancia del viento en estos días en que Europa está cautelosa, pero con la cabeza al aire libre.
Semanas en las que, en cada rincón del mundo, la normalidad sufre estremecimientos, o por lo menos modificaciones sucesivas.
Instrucciones semanales para seres humanos.
Instrucciones para seres humanos semanales.
El mito de algunas tribus: los vientos que venían de lejos entraban en la inhalación y los vientos que iban hacia lo lejos estaban hechos del aire humano que salía de la exhalación.
Inhalas el aire que viene del otro lado del mundo.
Viento y respiración, el mismo material. Circulación entre la tierra y los pulmones.
En Perú, la cuarentena "es controlada a chicotazos por brigadas de campesinos".
Son las "rondas campesinas", elegidas por el pueblo.
Una mujer del grupo del místico Osho. Documental.
Dice que al ponerse en cierta posición de meditación podía atinarle a cualquier blanco con una bala.
Todo es una cuestión de respiración, dijo. Yoga y puntería.
Aprender gestos serenos para atinarle a la cabeza de otro sujeto con una bala.
"Yo me temo que lo peor está por venir: en la salud y en la economía. Sin embargo, también hay alegría". Grecia.
Sobre el muchacho que murió ayer ahogado cerca de Atenas. Dice mi amiga: era un estudiante de la Escuela de Danza.
Imaginar los terribles movimientos de un bailarín que se ahoga.
Los bailarines no deberían ahogarse.
Una tremenda falta de delicadeza del agua para con alguien que domina el suelo con piruetas y saltos.
Kierkegaard y el "dios que exige demasiado".
Tenemos que ser hábiles sobre la tierra, hábiles en el aire, hábiles bajo el agua y hábiles ante el fuego.
Un dios que les exige demasiado a los humanos.
En Atenas y en el resto del mundo.
"El presidente de los Estados Unidos fijó para el sábado un mitin en Tulsa, en un sitio con aforo de 20 mil personas".
Memoria, documento e instinto: este diario.
Registrar en directo tiempos híbridos.
Parte final, estoy exhausto. Decidí terminarlo el día 20, noventa días.
Este sábado.
En el diario de Pavese: aquél que no ha aprendido, sucumbe.
Y yo digo: aquél que sucumbe, no puede seguir aprendiendo.
Necesitamos otra vida, claro. Y la tendremos.
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