viernes, 16 de diciembre de 2011

TIEMPOS REVUELTOS.RAYMOND CARVER


TIEMPOS REVUELTOS'Esa duración que convierte a las Pirámides
en columnas de hielo que se derriten. Todo es pasado en un instante.
SIR THOMAS BROWNE
menaza tormenta. La niebla gris oscurece las cumbres a lo
largo del valle. Nubes negras con pliegues y capas blancas en
la superficie se acercan desde las colinas en rápidos desplazamientos,
descienden hasta el valle y pasan sobre los campos y
baldíos que hay frente a la casa. Dando rienda suelta a su imaginación,
Farrell ve las nubes como caballos negros sobre los
que cabalgan fantasmales almas en pena y, detrás, las carrozas
negras girando lenta e inexorablemente, a veces un
cochero con plumas blancas en el pescante. Cierra la puerta
del porche y observa tras el cristal a su mujer que baja lentamente
las escaleras. Se vuelve y le sonríe. Abre de nuevo y la
saluda. Más tarde, ella se aleja en el coche. Vuelve a la habitación
y se sienta en el sillón de cuero, bajo la lámpara de
cobre. Se estira extendiendo los brazos por fuera del sillón.
La habitación está un poco más oscura cuando Iris sale
del baño envuelta en una bata blanca abierta. Saca el taburete
de debajo del tocador y se sienta frente al espejo. Coge con
la mano derecha el cepillo blanco de plástico y comienza a
peinarse con movimientos rápidos y rítmicos provocando un
leve chasquido. Sujeta con la mano izquierda el cabello sobre
uno de los hombros y realiza los largos, rápidos y rítmicos
movimientos con la mano derecha. Se detiene un instante y
enciende la lamparilla del espejo. Farrell coge una revista de
fotos del aparador que está al lado del sofá y se estira para
encender la lámpara golpeando sin querer el pergamino de
la pantalla al buscar la cadenilla. La lámpara está unos centímetros
por encima de su hombro derecho y la pantalla
marrón cruje cuando la toca.
Afuera está oscuro y el aire huele a lluvia. Iris le pregunta
si cerró la ventana. Mira hacia la ventana, luego al espejo,
ve su propio reflejo y detrás a Iris observándole sentada frente
al tocador, con otro Farrell más borroso mirando fijamente
desde la ventana que ella tiene al lado. Tiene que llamar a
Frank para confirmar que salen de caza mañana por la mañana.
Pasa las páginas. El cepillo se tambalea sobre la superficie
del vestidor.

“¿Sabes que estoy embarazada, Lew?”, le dice.
Las páginas satinadas de la revista muestran bajo la lámpara
una catástrofe natural. La fotografía de un terremoto en
algún lugar del Oriente Próximo.

RAYMOND CARVER.LITTLE THINGS




Little Things

Early that day the weather turned and the snow was melting into dirty water. Streaks of it ran down from the little shoulder-high window that faced the backyard. Cars slushed by on the street outside, where it was getting dark. But it was getting dark on the inside too.

He was in the bedroom pushing clothes into a suitcase when she came to the door.

martes, 15 de noviembre de 2011

PARA LEER ONLINE..AFRODITA.ISABEL ALLENDE

Dino Buzzati - Muchacha que cae


A los diecinueve años, Marta se asomó a lo alto del rascacielos y, viendo abajo la ciudad que resplandecía en la noche, fue presa del vértigo.

El rascacielos era de plata, supremo y feliz en aquella noche bellísima y pura, mientras que el viento desgarraba aquí y allá sutiles filamentos de las nubes contra un fondo de un azul absolutamente increíble. De hecho, era aquella hora en que a las ciudades les viene la inspiración y todo aquel que no está ciego se queda arrebatado. Desde la aérea cima la muchacha veía retorcerse las calles y las masas de los palacios en el largo espasmo del crepúsculo, y allí donde acababa el blanco de las casas comenzaba el azul del mar, que visto desde lo alto parecía hacer pendiente. Y según avanzaba desde el oriente el telón de la noche, la ciudad se fue volviendo un dulce abismo titilante de luces; que palpitaba. Dentro había hombres poderosos y mujeres que lo eran todavía más, los abrigos de pieles y los violines, los coches esmaltados de ónice, los rótulos fosforescentes de los cabarets, los atrios de las mansiones a oscuras, las fuentes, los diamantes, los antiguos jardines taciturnos, las fiestas, los deseos, los amores y, sobre todo, ese irresistible encanto de la noche que hace soñar en la grandeza y la gloria.

jueves, 22 de septiembre de 2011

“los daños materiales”, de matilde sanchez,por Beatriz Sarlo





Cold porno
La ensayista continúa con sus lecturas de literatura argentina contemporánea. En este caso comenta la última novela de Matilde Sánchez, publicada por la editorial Alfaguara. Una larga carta que para la narradora parece querer servir, una vez publicada, como advertencia psicológica o guía mundana para otras mujeres: una carta a futuras víctimas de un maníaco sexual. Y la primera advertencia a esas víctimas es que la manía sexual es contagiosa. Según la autora de este ensayo, tal como ocurre con el Marqués de Sade, la pornografía tiene siempre una dimensión moral.
Por Beatriz Sarlo


Matilde Sánchez. Periodista y escritora, entre sus libros se cuentan La ingratitud (su primera novela),
En las primeras líneas de Los daños materiales, Matilde Sánchez niega que se trate de una novela, aunque pocos renglones después admite que quizá lo sea: “una novela de amor negro y suspenso legal, un thriller psicológico –un documental dirigido” por un psicoanalista. Pero las primeras palabras con las que define su obra son: “Esto es una carta”. El lector todavía no está en condiciones de verificar o contradecir a la autora. Terminada la lectura, cierra el libro con la seguridad de que ha leído una novela que tiene algo de carta. No necesita saber si lo que le han narrado sucedió en alguna realidad exterior cuyo conocimiento es inútil y sólo daría satisfacción a la curiosidad biográfica. Y, además, todo lo que le han narrado responde a los géneros que, alternativamente, se negaron y se afirmaron en el comienzo.

"La ingratitud", de Matilde Sanchez .x Beatriz Sarlo.




LA INGRATITUD
La inteligencia

La ensayista continúa la serie de lúcidos artículos en los que reflexiona acerca de las novedades editoriales de la literatura argentina contemporánea. En este caso se trata de una relectura y una reedición, ya que la novela de Sánchez apareció por primera vez en 1992, pero se trata de una excepción ineludible: el libro le parece a Sarlo “tan perfecto” como hace veinte años.

Por Beatriz Sarlo


06/08/11 - 09:50



Ayer como hoy. Las cualidades de la literatura de Sánchez que vino después ya estaban en ésta, su primera novela.


Matilde Sánchez escribió esta novela en 1986. Fue publicada en 1992, por la editorial de Ada Korn. En el prólogo que ahora le agrega para esta edición de Mardulce, Sánchez observa que en aquel tiempo “al contrario de lo que ocurre hoy, la juventud se consideraba un obstáculo para una primera novela”. Quizá por eso la novela sea tan perfecta. Recuerdo que hace 25 años lo “inacabado” no era un mérito salvo que antes se hubieran escrito novelas “acabadas”. No había especial debilidad por lo juvenil y las primeras novelas de Sánchez, de Alan Pauls, de Sergio Chejfec o de Daniel Guebel no reclamaban esa prerrogativa.
Cuando entonces leí los originales de La ingratitud tuve la impresión de estar ante una novela que debía ser publicada.

Otros originales de primeras novelas no suscitan la convicción de que deben pasar a imprimirse de inmediato. Con La ingratitud, en cambio, pensé: esta novela es inesperada y sorprendentemente buena. Haber dicho algo antes no implica necesariamente un acierto. A veces, todo lo contrario.

Ahora, volví a leer La ingratitud y tengo la convicción de que acertaba. Es un texto notable por su inteligencia, por la acerada seguridad de la escritura sin vacilaciones y por la capacidad de exponer un drama de sentimientos con la misma distancia con que observa una ciudad extranjera. Estas cualidades son las de la literatura de Sánchez en los años que siguieron. Es lo primero de una mujer que ya estaba constituida como la escritora que es hoy. Había leído lo que necesitaba para escribir y lo incorporaba sin exhibicionismo juvenil y sin los manierismos, habituales en los años ochenta, de una ficción que citaba otras ficciones. La ingratitud no es una novela juvenil; tampoco es un destilado hiperliterario que propone cada cita como si se tratara de un concurso en el que los lectores juegan su inclusión en una comunidad de gente instruida.

jueves, 18 de agosto de 2011

LOS AMANTES.GIRONDO-CORTAZAR





Los amantes de Cortázar y Girondo
Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.


Cortázar agregó estas líneas al poema de Girondo "Los amantes" en su cuento Amor 77, de "La última partida".



Los Amantes, de Oliverio Girondo.

Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se desnudan,
se adormecen, despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enerven, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehuyen, se evaden y se entregan

http://abierto24siete.blogspot.com/2010/02/los-amantes-de-cortazar-y-girondo.html

HABRIA.OLIVERIO GIRONDO

Con cresta
o candor niño
o envión varón habría que osar izar un yo flamante en gozo
o autoengendrar hundido en el propio ego pozo
un nimio virgo vicio
un semi tic o trauma o trac o toc novicios
un novococo inédito por poco
un mero medio huevo al menos de algo nuevo
e inmerso en el subyo intimísimo
volver a ver reverdecer la fe de ser
y creer en crear
y croar y croar
ante todo ende o duende visiblemente real o inexistente
o hacer hacer
dentro de un nido umbrío y tibio
un hijo mito
mixto de silbo ido y de hipo divo de ídolo
o en rancia última instancia del cotidiano entreasco
a escoplo y soplo mago
remodelar habría los orificios psíquicos y físicos corrientes
de tanto espectro diario que desnutre la mecha
o un lazariento anhelo que todavía se yerga
como si pudiera
y darle con la proa de la lengua
y darle con las olas de la lengua
y furias y reflujos y mareas
al todo cráter cosmos
sin cráter
de la nada

viernes, 29 de julio de 2011

Fiction City

m.lanacion.com.ar/1392307-fictioncity-una-red-social-argentina-busca-ser-el-espacio-para-los-artistas

domingo, 3 de julio de 2011

LIBRO ELECTRONICO



Libro electrónico

Un lector de libros electrónicos marca Sony.

Un lector de libros electrónicos.

Un libro electrónico,1 también conocido como e-book, eBook, ecolibro o libro digital, es una versión electrónica o digital de un libro. También suele denominarse así al dispositivo usado para leer estos libros, que es conocido también como e-reader o lector de libros electrónicos.

lunes, 20 de junio de 2011

Por Roberto Bolaño EL CONTORNO DEL OJO



Diario del oficial chino Chen Huo Deng, 1980.
Por Roberto Bolaño

Jueves. Una curiosa criatura parecida a una vaca gigante pero que posee un pico de pato. Las palabras del periódico se ordenaron como un acertijo infantil dentro de mi cabeza. Me levanté a las cinco de la mañana. Después de lavarme descorrí la cortina: al fondo, en las escarpadas, muy lejos de la aldea, unas fogatas me recordaron los campamentos militares de mi adolescencia. Eran los carboneros. Más allá, hacia el oeste, entre bosques y campos de cultivo, el tendido ferroviario y un tren iluminado a medias que se perdía en la noche.

miércoles, 8 de junio de 2011

DEJA VU(2006) muy buena

domingo, 22 de mayo de 2011

África de cabo a rabo » Presentación

África de cabo a rabo » Presentación

http://www.flickr.com/photos/48644254@N05/5564005834/in/set-72157626237519591/

lunes, 16 de mayo de 2011

Bryant Austin: fotógrafo de las ballenas.

http://lacomunidad.elpais.com/grey-photographer/2011/5/16/bryant-austin-fotografo-las-ballenas-

..."Un golpecito en el hombro". Ese simple, pero único gesto selló para siempre el vínculo entre Bryant Austin (42) y lo que se convertiría desde entonces en su obsesión. Buceaba en medio del océano de Tonga, una pequeña isla del Pacífico sur, cuando sintió un leve roce en el hombro que lo obligó a girarse: frente a él, una ballena jorobada de dos toneladas nadaba serena y lucía ante sus ojos la aleta pectoral, de cuatro metros, con la que acababa de rozarlo. "Ella se acercó para tocarme con su aleta y hacerme saber que estaba detrás de mí. Me impresioné. Tenía el tamaño de un bus escolar. La miré a los ojos y ella se transformó ante mi mirada....

viernes, 1 de abril de 2011

COMO INSERTAR LINKS A UN TEXTO




LINKS ...insertar links en un texto













PABLO BERNASCONI ILUSTRACION

LETTER FROM CHINA

newyorker

Letter from China
Dispatches by Evan Osnos.

martes, 29 de marzo de 2011

Restaurant by Harold Pinter











JULIE ARKELL PAPER MACHE

HAROLD PINTER

poetry

No, you're wrong.

Everyone is as beautiful
as they can possibly be

Particularly at lunch
in a laughing restaurant

Everyone is as beautiful
as they can possibly be

And they are moved
by their own beauty

And they shed tears for it
in the back of the taxi home

domingo, 27 de febrero de 2011

UN CUENTO EN CADENA







Un cuento en cadena firmado por ti y por Andrés Neuman
La redacción de 'Silla para alguien' ha terminado.- El primer párrafo es obra del último premio Nacional de la Crítica y el último de la escritora Cristina Grande.- Gracias a todos


Esta es tu silla, ¿ves? Por favor, ven, siéntate. Ahora despliego el respaldo, reviso las ruedas, les paso un trapo húmedo para que tus manos sigan tan blancas como siempre. Blancas, no inocentes: a ti y a mí la inocencia no nos interesa demasiado. El color blanco sí, porque es fruto del esfuerzo. Hay que cuidarlo, mantenerlo limpio. Así que la preparo, como te prometí. La he preparado, ¿sabes?, durante meses, años, no me acuerdo bien. Eso me pasa con esta silla: me concentro tanto en ella que el calendario se pone a rodar y ya no sé qué fecha es, ni hace cuánto te espero.